Carrozas estudiantiles, la fiesta reversionada por la pandemia

La Edición N°61 del Desfile de Carrozas Estudiantiles no se realizará en su forma tradicional. El lugar de carrozas, los estudiantes de los últimos cursos de los colegios secundarios se encuentran confeccionando maquetas que serán expuestas en noviembre.

Si este hubiera sido un año sin pandemia, este segundo domingo de octubre en Gualeguaychú se habría vivido una edición más de una fiesta nacional que es tradición estudiantil: el desfile de carrozas. Miles de alumnos de los últimos años de los colegios secundarios estarían realizándole los retoques finales a sus carrozas y rogando al cielo que no llueva. Sin embargo, el espíritu carrocero no se apaga y, como tantas otras cosas, la Fiesta Nacional de Carrozas Estudiantiles también se reversionó. La llama continúa viva en grupos que desafiaron la coyuntura y están abocados a la construcción de maquetas que, al igual que las carrozas, serán expuestas, evaluadas y premiadas.

Los integrantes de la Comisión Central de Carrozas contaron que para tomar la decisión de transformar el desfile se realizó una ronda de consultas con Departamental de Escuelas, en las cuales participó la Directora Departamental de Escuelas Prof. Marta landó y los supervisores de Secundaria. Además, hubo reuniones virtuales con autoridades municipales de diferentes áreas y se le solicitó al COES local, un tipo de precisión sobre la posibilidad de fechas alternativas de realización del evento. Como no se pudo aventurar ninguna, y la decisión de la realización no estaba en manos de la Comisión Central, se propuso al estudiantado la construcción de maquetas en lugar de las carrozas de 12 metros de largo.

Por razones obvias se modificó principalmente la forma de trabajo. Pero con respecto al reglamento de carrozas, se redujeron todas las proporciones requeridas a un 18 % del original, recordemos que las carrozas son de 12 metros de largo por aproximadamente cuatro metros de ancho y alto, con lo cual las maquetas quedaría de alrededor de dos metros de largo”, detallaron desde la Comisión.
Los chicos trabajan individualmente, y el día de la exposición procederán al armado completo trabajando en pequeños grupos y guardando la distancia social. Santiago Huck, alumno de 7mo 2da de la escuela técnica EET2, contó que como la experiencia de haber participado del desfile el año pasado les gustó tanto, entendieron cuál era la situación este año y decidieron participar igual: “Nuestra carroza se llama Da Vinci y trata de las oportunidades que se presentan y que cualquiera es capaz de hacerla. Dentro de todo, las expectativas que tenemos son buenas, queremos disfrutar lo que nos queda de nuestro último año y compartir el momento haciendo la carroza”.

Dentro de lo malo hay algo bueno, porque dado que la coordinadora de maquetas (y carrozas) Ruyina Abraham, les va pasando a los chicos las indicaciones por Zoom, este año se sumaron a la tradicional fiesta nacional, alumnos de un colegio de Aldea San Antonio. Desde esa pequeña localidad del Departamento Gualeguaychú, Ludmila contó que “en todo este tiempo estamos haciendo encuentros virtuales en los cuales la coordinadora nos va guiando con las partes que conforma nuestra maqueta. Si bien teníamos idea de hacer maquetas, no eran con las medidas que se requieren ahora, así que es un aprendizaje continuo. Tenemos expectativas de poder ir y pasarla bien, somos totalmente nuevos en la experiencia y eso también influye en nuestra expectativa”.

En ese sentido, Ruyina Abraham, coordinadora de ambos grupos dijo que “llevamos horas de videollamadas para ir viendo los detalles de cómo cortar el papel para que quede prolijo y pegue mejor… ¡enseñar a hacer engrudo por Zoom fue fantástico!, incluso los de la Enet le hicieron un tutorial a los chicos de Aldea desde una cocina”, lo que indica que el espíritu colaborativo que se observa cada años entre los grupos en los galpones del puerto (lugar donde se confeccionan las carrozas), sigue despertándose a pesar del distanciamiento.

Aún no se ha determinado dónde se realizará la exposición pero algunos de los lugares posibles son frente a los galpones del puerto, frente a Casa de la Cultura o en el exterior del Museo del Carnaval.

Historia del Desfile de Carrozas Estudiantiles de Gualeguaychú
Nació en el año 1959 con una sola carroza que fue realizada por alumnas del Colegio Villa Malvina. Se llamaba “Álbum Familiar” y su objetivo era esperar el regreso de los estudiantes del clásico paseo primaveral. Una docente visionaria como la profesora Blanca Rebagliatti tuvo la idea de darle una veta artística al festejo de bienvenida a la primavera, y fue así que con la colaboración de Eclio Giusto construyeron “Álbum familiar”.

Con el éxito de esa gran experiencia, Blanca Rebagliatti comprobó que podía hacer realidad esa idea de llevar adelante un desfile de carrozas y encontró en la ciudad muchos grandes talentos que ayudaron a hacer realidad ese deseo.
Marco Aurelio Rodríguez Otero fue quien en ese momento allanó el camino institucional y brindó todo el apoyo de la municipalidad para llevarlo a cabo. Y Pablo Haedo, Martín Scotto y otros tantos sumaron su talento y su generosa entrega.
Al año siguiente, se realizó el primer desfile al estilo que lo conocemos hoy y la carroza que obtuvo el primer premio fue “Don Quijote y su escudero” construida por alumnos de la Escuela Fábrica, y así continuó hasta transformarse en Fiesta Nacional de Carrozas Estudiantiles que ha ido mostrando, año a año, la creatividad y fuerza de la juventud.

El objetivo de esta Fiesta es celebrar a la juventud de Gualeguaychú. En este desfile de carrozas, los estudiantes muestran sus talentos y trabajan de forma conjunta y cooperativa, cultivando la solidaridad y el compañerismo.


Sabina Melchiori

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